La adicción de fumar
Fumar no es un habito, es una adicción a una droga, la Nicotina. Los fumadores son drogadictos.
Normalmente de define como adicción, a la dependencia manifestada hacia alguna droga.
Las drogas se pueden especificar como; “Cualquier sustancia que introducida en un organismo vivo, puede modificar una o varias de sus funciones, creando normalmente dependencia en el”
Una adicción o la condición de drogadicto, podría definirse entonces como una dependencia orgánica y sicológica a un cierto tipo de droga, lo que se manifiesta como un deseo compulsivo y constante de ingerir ese tipo de sustancia.
Las drogas crean un cierto grado de dependencia en el organismo al ser ingeridas con cierta frecuencia, esto es que poseen una mayor o menor capacidad de adicción. y en su ausencia se produce una reacción fisiológica y mental que podría compararse a los mecanismos naturales que regulan la necesidad de alimentarse o beber. En otras palabras, se siente “hambre” o “sed” por ingerir dicha droga. Esto es lo que vulgarmente se denomina “Mono”.
Por un mecanismo de protección natural, el organismo genera una tolerancia creciente a las drogas, haciéndose cada vez mas inmune y mas efectivo en su eliminación, por lo que el adicto tiene que consumir mas cantidad de droga para sentir los mismos efectos o para evitar el síndrome de abstinencia.
En el caso de la adicción a la nicotina, se siente una gran ansiedad física por fumar que es activada por el cerebro.
Al fumarse un cigarrillo, la nicotina a través de los pulmones pasa a la sangre y de allí al cerebro y sistema nervioso central en tan solo unos 7 segundos.
La concentración de nicotina baja rápidamente en la sangre y aproximadamente a los 20 o 30 minutos de haberse fumado un cigarrillo, comienzan a producirse los síntomas de abstinencia o mono.
Por ello los fumadores suelen fumar en promedio, un cigarro cada media hora o veinte minutos.
La nicotina es considerada una de las drogas de mayor y mas rápida capacidad adictiva
Por fortuna, es también una droga cuya dependencia física, es de corta duración en el organismo, aproximadamente, hasta un máx. de 30 días después de haber abandonado el tabaco.
Esta demostrado que es la nicotina del tabaco lo que produce la adicción de fumar y la que le da el “sabor”, que experimentan los fumadores a los cigarrillos.. Nadie fumaría si los cigarrillos no tuviesen nicotina.
Hace algunas décadas, las tabacaleras intentaron fabricar cigarrillos sin nicotina. Sin embargo esta prueba no dio resultado y todos los fumadores que probaron los cigarrillos, dijeron que era; hierba seca, lechuga asada, repollo tostado, cualquier cosa menos tabaco y que sabían horribles.
Por la misma razón, el intento de hacer cigarrillos sin nicotina o con muy bajo contenido de nicotina como un método alternativo en el tratamiento para dejar de fumar, es un rotundo fracaso.
Las tabacaleras ocultaron las propiedades adictivas de la nicotina, así como los daños que ocasión el tabaco, poniendo énfasis en todos los demás detalles que implica fumar relacionándolo con deportes, vida social, el placer de fumar, etc.
Con el tiempo y por la presión del colegio medico, los paquetes de cigarrillos incluyeron la simplona leyenda de; “Puede producir cáncer” o “ Fumar puede ser nocivo para la salud”
Nunca dijeron que era altamente adictivo, que no “puede producir cáncer” si no que “Produce cáncer al pulmón”, así como otras diversas enfermedades.
Varias investigaciones sobre el tabaco son financiadas por las propias tabacaleras y con sus propios científicos. Eso explica algunos resultados de estudios sobre el tabaco que dicen cosas como; “No esta demostrado científicamente que el tabaco sea el causante de ciertas enfermedades”…….. ………..(Sin comentarios)
“Estamos en el negocio de vender nicotina, una droga adictiva” (Párrafo de un memorando interno, de un alto ejecutivo de la compañía tabacalera Brown and Williamson,1963)
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Los daños que ocasiona fumar
El problema de la adicción al tabaco, no es solo la nicotina y toda su amplia gama de patologías asociadas como droga en si, además de los efectos nocivos que ocasiona en el organismo. (Adicción, arritmias cardiacas, hipertensión arterial, estrechamiento de los vasos capilares finos, mutación de receptores cerebrales y cambios al nivel de neuronas y comportamientos, etc.)
El humo del cigarrillo afecta directamente el funcionamiento del pulmón, vías respiratorias y digestivas y a través de la sangre, a todo el organismo provocando múltiples enfermedades.
Entre otras; derrames cerebrales, impotencia, enfisema pulmonar, cansancio o letargo permanente, bronquitis crónica, hipertensión arterial, envejecimiento prematuro, marcación profunda de las arrugas de la piel, cáncer pulmonar, digestivo y urinario, infartos cardiacos, enfermedades a las encías y con ello perdida de dientes, gastritis, ulceras, etc. por nombrar solo algunas
Entre los muchos componentes nocivos del tabaco se encuentran;
Alquitrán: sus moléculas inducen cambios celulares en las mucosas respiratorias y en los pulmones, perjudicando el funcionamiento del sistema respiratorio e induciendo el desarrollo de cáncer en todos los órganos y pegándose como costra aceitosa a las paredes bronquiales irritando e impidiendo el normal flujo de mucosa y limpieza de los mismos. Un fumador de edad promedio que hubiese comenzado a fumar en su adolescencia, habrá ingerido aprox. la cantidad de 25 litros de alquitrán en toda su vida de fumador.
Monóxido de carbono: gas venenoso. Saca el oxígeno de los glóbulos rojos, formando un veneno. Reduce la cantidad de oxígeno que el corazón necesita y permite la acumulación de colesterol en las arterias.
Cianuro: tan venenoso que se usa para matar ratas.
El Amoníaco: que se agrega al cigarrillo para facilitar la rápida absorción de la nicotina.
Nicotina: un veneno tan poderoso que si se inyectara la mitad de lo que contiene un cigarrillo en las venas, ocasionaría la muerte. Es la droga responsable de la adicción al tabaco.
Los Radioisótopos; como el polonio, capaces de producir mutaciones
Isocianato metílico: que fue la causa de la muerte de 2.000 personas cuando se liberó en el aire en Bhopal, India, en 1984.
Acetona: removedor de pintura.
Arsénico: veneno.
Benceno: que forzó la remoción del agua Perrier del mercado.
Butano: líquido de encendedores.
DDT: insecticida prohibido.
Formaldehído: que se emplea para preservar los cadáveres.
Plomo.
Metanol: combustible de aviones.
Naftaleno: ingrediente de las bolitas de naftalina.
Etc.
El tabaco también posee una intensa radiactividad producida por las radiaciones alfa emitidas por los isótopos Polonio-210 y Plomo-210, que se encuentran en las hojas y en el humo. El Polonio-210 viene de los fertilizantes fosfatados que se utilizan en las plantaciones de tabaco y que es absorbido por las raíces y acumulado en las hojas; persiste en el proceso de secado e industrialización y al fumar queda atrapado en la mucosa bronquial. Un fumador de paquete y medio de cigarrillos por día recibe en los bronquios 400 rads de radiaciones alfa por año Esto equivale a 300 radiografías de tórax, es decir, casi una por día.
En realidad, el tabaco contiene mas de 4 mil componentes químicos nocivos para la salud, muchos de los cuales son cancerigenos y mutagénicos Y puede producir unas 52 enfermedades.
El cigarrillo también potencia las capacidades cancerigenas de algunas substancias industriales del medio ambiente como el asbesto y radón, induce errores de replicación celular y mutaciones genéticas e inhibe las defensas del organismo contra los agentes infecciosos.
Por otro lado, el organismo al estar continuamente expuesto a los tóxicos del tabaco, usa la mayor parte de sus funciones de limpieza y neutralización de venenos, en deshacerse de ellos. Esto ocasiona a la larga, que los sistemas de neutralización como el hígado, sean saturados al presentarse otras toxinas e infecciones propias de la alimentación o medio ambiente.
El resultado de todo esto, es que la persona que fuma, tiene mayor probabilidad de contraer alguna enfermedad infecciosa y además presenta una intoxicación permanente, tanto por los tóxicos del tabaco como por otros tóxicos presentes en el organismo.
Igualmente los sistemas digestivo y respiratorio, usan sus mecanismos de limpieza en eliminar los hollines, aceites del alquitrán y combustión del tabaco, de sus mucosas, quedando con ello, propensos a irritaciones e infecciones diversas.
También estas substancias toxicas en dichos sistemas orgánicos, anulan drásticamente los sentidos del gusto y del olfato
La capacidad asesina del tabaco queda ampliamente demostrada en el informe medico que lo responsabiliza de ser el causante de unas 4 millones de muertes anuales en el mundo.
Esto es una cifra mayor a la que producen el SIDA, accidentes de tránsito, incendios, homicidios, suicidios, alcoholismo y drogas ilícitas
El tabaco no solo produce enfermedades, también es antiestético.
Los componentes del alquitrán del tabaco, que solo han sufrido una combustión parcial, se depositan como residuos a manera de hollines y aceites en todo el sistema respiratorio y digestivo, produciendo manchas en los dientes, dedos y el clásico hedor a tabaco añejo que expelen todos los fumadores por su respiración.
Además el organismo se libera de los tóxicos venenosos del tabaco a través de el sudor, orina, mucosidades y respiración de los poros. Por lo que todo el cuerpo de un fumador, huele a tabaco exudado. Agreguémosle a eso, el vestuario y todo lo que toca.
Esto la mayoría de los fumadores no pueden notarlo, pero todas las demás personas que no fuman si. Un fumador se reconoce a tres metros de distancia por el hedor que expele.
El cigarrillo no solo causa enfermedades y es antiestético, también es antisocial.
Hace mucho que esa absurda creencia de que fumar era un habito social que daba status, elegancia y era signo de hombría, valentía, modernidad y toda esa amplia gama de estupideces, paso de moda.
Desde que se tomó conciencia que el habito de fumar era una adicción, una enfermedad y que el humo del cigarrillo era altamente toxico incluso para las personas que no fumaban, se ha prohibido su practica en muchos lugares públicos, oficinas, edificios y medios de transporte. Del mismo modo los fumadores lejos de ser vistos como personas atractivas, elegantes o valerosas, actualmente son vistos como personas desagradables, débiles, sucios y adictos.
Es evidente que alguien que anda por la vida desparramando humo toxico y cenizas a los demás y que demuestra con su actitud que no puede prescindir de su desagradable adicción ni siquiera en un lugar publico , no puede ser visto por el resto de la gente que no fuma, como una persona atractiva y mucho menos educada.
Para sumar desventajas, el fumar también es una adicción esclavizante .
La nicotina es una droga que crea una dependencia física constante y que debe ser calmada cada ciertos intervalos muy cortos de tiempo.
Por ello, todos los fumadores están obligados a fumar en todas las ocasiones y momentos de esta vida. Un fumador no puede hacer ni proyectar absolutamente nada sin que el fumar tenga en ello un lugar predominante, si no, lo mas importante de todo.
Un fumador no puede disfrutar de nada en esta vida si no fuma, no puede viajar, comer, hacer algo, pensar, relajarse, reír, llorar, absolutamente nada sin fumar.
El cigarrillo es su amo y el su esclavo, a cada instante a cada momento
Es una esclavitud absoluta, humillante, degradante. El cigarrillo condiciona todas las funciones, actitudes y labores de su victima y de paso, le va arrebatando lenta pero progresivamente; la dignidad, el valor y la vida.
Por ultimo..fumar es un gasto de dinero inútil.
Mejor dicho es un gasto de dinero absurdo y sin el mas mínimo sentido común. No puede tener sentido gastar una fortuna para hacerse daño y denigrarse, física, sicológica y socialmente a lo largo de la vida.
A todo esto, fumar ¿Tiene alguna ventaja?...
Aparentemente….
Fumar quita las ganas de comer
En personas normalmente con tendencia a engordar, puede hacer que coman menos y con ello no subir de peso .El cigarrillo adormece la sensación del hambre y por ello las personas que fuman, siente menos necesidad de alimentarse que los no fumadores. El cigarrillo produce una gastritis frecuente (calor al estomago) que inhibe el apetito, además de mutilar notablemente los sentidos del gusto y el olfato. Los fumadores no solo suelen no tener hambre, si no que tampoco disfrutan realmente de las comidas.
El fumar para no sentir hambre y con ello no subir de peso, es por cierto una barbaridad. Nadie con dos dedos de frente querría envenenarse para no engordar. Por lo demás hay mil métodos sanos para mantener un peso normal y hay millones de fumadores que son tan o mas obesos, que aquellos que no fuman.
El dejar de fumar no engorda, las personas que tienen tendencia a engordar lo hacen, no por dejar de fumar sino porque son naturalmente así.
Por otro lado muchas personas compensan la ansiedad de no fumar comiendo y eso no tiene nada que ver con haber dejado de fumar. Es una conducta personal de cada uno.
El tabaco reduce el riesgo de contraer el mal de Parkinson.
Esto es una teoría. Algunos estudios, como el del Laboratorio Nacional de Brookhaven de Nueva York, han concluido que al parecer las personas que fuman, tienen niveles muy bajos de la enzima Monoamina oxidada MAO B. Los fármacos usados para tratar el mal de Parkinson, inhiben precisamente esta enzima. Esto explicaría en teoría el hecho de que en algunas comparaciones tentativas de un pequeño grupo de personas, esta enfermedad tiene un relativo porcentaje menor en las personas que fuman de dicho grupo.
Es decir no es que todas las personas no fuman se enfermen de dicho mal ni que todas las que fuman se libren de el. No hay nada concluyente y ningún estudio científico avala esta teoría.
Los investigadores mas bien están centradas en que es probable que
este efecto biológico pueda ser empleado para eliminar la adicción al tabaco
mediante la utilización de inhibidores de la MAO y otras sustancias usadas para manejar el mal de Parkinson, paralelamente se podrían administrar parches o gomas de marcar de nicotina, de esta forma su acción sinérgica mantendría niveles elevados de dopamina para eliminar el hábito del tabaco.
La limitación de esta hipótesis, es que fue analizado en una muestra reducida -20
sujetos de los que 8 fueron fumadores activos.
Por ultimo, si consideramos todos los peligros que involucra fumar, hacerlo para teóricamente evitar una posible y remota enfermedad, seria equivalente a caminar por la calle transitada de vehículos, para evitar que algo pueda caernos desde un edificio si lo hacemos por la acera
El fumar relaja, aumenta la concentración y da placer o sensación de bienestar.
Este es el caballito de batalla de todos los fumadores, es su mejor coartada y su mejor defensa para justificar su adicción.
Si se le pregunta a un grupo de fumadores porque fuman, un 90% esgrimirá algunas o todas estas causas como motivo de su adicción y el porque no pueden dejar de fumar.
Nadie puede o quiere vivir si no puede concentrarse, relajarse o sentirse pleno. Mas aun si dicha persona es alguien que trabaja con su intelecto o en un ambiente estresante o rutinario. Y entonces el cigarrillo es para ellos su mejor aliado del cual no pueden prescindir.
Sin embargo, analizando estas aparentes funciones mágicas de la nicotina, se a encontrado que;
La nicotina en realidad no relaja, si no mas bien todo lo contrario. Es un estimulante del sistema nervioso, comprime los vasos sanguíneos reduciendo la circulación de los miembros periféricos e irrigación cerebral, aumenta la presión arterial, produce taquicardia, arritmias cardiacas y produce un aumento de adrenalina. La nicotina mas bien produce una sensación de relajación, al actuar al nivel del cerebro y sistema nervioso central calmando la ansiedad o mono.
Algunos estudios indican que la aparente sensación de relajación que siente una persona al fumar, tiene que ver mayoritariamente con el hecho de calmar la ansiedad producida por la nicotina y también en parte, con el efecto mecánico de aspirar y exhalar el humo, además del la acción de hacer “algo”
Estos factores son los que engañan al fumador creyendo que fumar les relaja.
Esto explica porque los fumadores cuando se ven enfrentados a una situación de estrés o presión sicológica, fuman mas y mas frecuentemente, intentando lograr un estado de calma que jamás conseguirán realmente, pues a mayor cantidad de nicotina en el cuerpo, mayor será la excitación nerviosa y cardiaca producida.
Algunos estudios determinan que la nicotina parece aumentar en algo la capacidad de concentración. No hay acuerdo en ello. Algunos estudios le dan un cierto valor a este efecto y otros un porcentaje muy escaso. En realidad no existe ninguna conclusión sólida de que las personas que dejan de fumar pierden capacidad de concentración, si no, todo lo contrario. Las personas que dejan de fumar, descubren que tienen una mejor y mayor claridad mental. Y esto tiene una simple conclusión lógica.
Cuando una persona fuma, el monóxido de carbono presente en la sangre que irriga el cerebro normalmente produce un letargo y lentitud de las capacidades intelectuales. Por otro lado la nicotina comprime los vasos sanguíneos entre ellos los del cerebro haciendo que la irrigación sanguínea sea mas deficiente en esa área. En esas condiciones es muy poco probable que se pueda tener siquiera una normal capacidad de concentración propia de una persona que no fuma.
Si la nicotina produce alguna mejora en la capacidad de concentración en un individuo, esta es drásticamente aplastada por las razones antes expuestas. Mas bien la aparente sensación de poder concentrarse al igual que el efecto “relajador” de un cigarrillo, viene del efecto mayoritariamente de calmar la ansiedad.
Nadie puede concentrarse si tiene hambre, sed o sueño. Es algo de simple sentido común, pero los fumadores creen que fumar les ayuda a mejorar su capacidad de concentración y creatividad, por ello fuman muchísimo cuando tienen que realizar algún trabajo intelectual y con ello mas monóxido de carbono tiene su cerebro, menos irrigación sanguínea y con ello, mas anulan su capacidad intelectual.
También en cierta medida se cree que el efecto concentrador de la nicotina, viene en parte, al igual que el efecto relajador, del simple hecho de hacer “algo” mientras intentan concentrarse.
La mayoría de las personas cuando intentan concentrarse, tienen algún tipo de tic o manía con las manos o partes del cuerpo, como morder o jugar con un lápiz, llevarse las manos a la boca, fruncir el ceño, etc. Sucede que el fumador fuma en toda circunstancia, también lo hace cuando tiene que realizar algún trabajo intelectual, entonces su manía para ello, es fumar.
Esta ampliamente demostrado que la nicotina ni ayuda a relajarse ni aumenta la capacidad intelectual en ninguna forma.
En realidad la nicotina lo que hace en el cerebro es producir una cierta sensación de placer o bienestar y por lo mismo tiene algunos efectos antidepresivos y suele calmar estados neuróticos o de ira.
La nicotina es una droga y al igual que otras drogas como la cocaína, heroína, alcohol , etc. interactúa en los procesos neurológicos a nivel cerebral, mutando algunas de sus funciones.
La Nicotina actúa estimulando el sistema nervioso central del cuerpo humano. Y modificando gran parte del funcionamiento del cerebro, haciendo que este libere ciertas substancias ( como la dopamina) que actúan a nivel del sistema limbico centro del placer, generando sensaciones de agrado o bienestar.
También produce una activación a nivel cerebral de los mecanismos de recompensa o de refuerzo de conductas. Estos mecanismos son los que se activan, por ejemplo, cuando alguien tiene hambre y se alimenta o cuando tiene frío y se abriga.
El fumar activa el circuito de recompensa diciéndole a nuestra mente que vuelva a repetir ese proceso. Esto es la creación de la dependencia a la droga y generación de los síntomas de abstinencia o mono respectivamente.
El cerebro se habitúa rápidamente a esta sensación de bienestar producida por la nicotina y pide mas, generando la ansiedad por fumar frecuentemente.
Es decir que se ha adquirido una nueva necesidad, en este caso no fisiológica, si no artificial. Y peor aun, esa nueva necesidad es constante de cortos intervalos de tiempo. Es como tener hambre o sed cada media hora.
Por ello los fumadores no pueden disfrutar de algo ni hacer algo, si no están fumando. La ansiedad no los deja en paz ni les permite hacer, proyectar ni pensar en nada si no la calman. Tienen que fumar para sentirse bien y cuando lo hacen sienten una sensación de bienestar o agrado. Una porque calman la ansiedad y dos porque sienten una sensación de recompensa o placer.
Sin embargo ocurre que todas las personas que abandonan la adicción al tabaco, sienten mayor y mejor placer y bienestar que cuando fumaban. Esto parece algo contradictorio.
En realidad ni siquiera el placer de fumar existe realmente. Y la razones de ello son simples.
Una, porque el organismo tiende a habituarse en mayor o menor medida ( según el grado de adicción que tenga dicha droga y lo extenso y repetido en el tiempo que se realice su aplicación) a la acción de las drogas, haciendo vagos (leves o ausentes) los mecanismos naturales de las funciones que son activadas por ellas.
Por ejemplo; si una persona se habitúa tomar pastillas para dormir, ocurrirá que al cabo de un tiempo el cerebro relega esa función a la droga de modo tal que sin ella es imposible conciliar el sueño. Claro, el cerebro se a habituado a que dicha función sea producida por una droga y no por los mecanismos naturales del sueño.
Esto es lo que se denomina “Adicción física.” Es decir que el organismo se ha vuelto físicamente dependiente de alguna droga para algunas de sus funciones, relegando o disminuyendo los mecanismos naturales que las accionaban.
Lo mismo ocurre con la nicotina, el cerebro se habitúa a la sensación de placer, que produce la nicotina.
Entonces estas funciones de bienestar, no están presentes si no hay nicotina en el cuerpo.
Los receptores cerebrales se han “insensibilizado” a sus estímulos naturales y solo responden a la nicotina.
Y en segundo lugar, debido a que el organismo por una reacción natural de conservación, genera una creciente tolerancia al toxico, ( Se hace cada vez mas inmune al veneno y mas eficaz en su expulsión) el fumador tiene que aumentar su dosis de nicotina progresivamente con el tiempo para lograr sentir los mismos efectos placenteros.
Muy pronto se llega a la condición crónica en que ya la nicotina ingerida no alcanza a producir un placer efectivo, y el estado de bienestar se va haciendo cada vez mas denigrante, hasta el punto en que el fumador tiene que fumar solo para aliviar el mono y sentirse medianamente bien, sin alcanzar siquiera el estado normal de una persona que no fuma. Esta condición de paulatina disminución del estado placentero, obviamente no es detectada por el fumador, quien sigue creyendo que fumar lo hace sentir bien, debido a que si no fuma, aparte de la ansiedad por fumar, se sienten desgraciados, deprimidos como si algo les faltara para sentirse bien y tienen la sensación de abandono y de vació. Y si fuma, calma su ansiedad y logra algún estado de agrado o bienestar, lo que en su condición, es mejor sentir algo a sentirse peor.
Esta crónica condición de tener que ingerir la droga solo para sentirse medianamente bien o normales, se puede apreciar en la mayoría de las drogas, como por ejemplo el alcohol, cocaína, etc.
Lo triste de todo esto, es que el fumador ya no solo es privado del placer de fumar, porque al mismo tiempo su adicción le priva de todos los demás placeres de esta vida.
No tiene placer de disfrutar de las comidas porque tiene atrofiado el olfato y el sentido del gusto, No puede disfrutar de los deportes porque su organismo intoxicado, su taquicardia, arritmias, hipertensión y sus pulmones asfixiados se lo impiden
No puede en realidad concentrarse ni estar lucido ( por mucho que se diga que el cigarrillo ayuda a concentrarse) pues su cerebro embotado de monóxido de carbono y su vasos capilares comprimidos le impiden una buena y sana irrigación sanguínea al cerebro
No puede disfrutar de muchos eventos, reuniones, citas, etc. de esta vida pues se le impide fumar y eso lo pone ansioso, en realidad no puede disfrutar de nada pues tiene que estar pendiente de su adicción todo el tiempo y si es hombre, muy probablemente tampoco podrá disfrutar del sexo porque tarde o temprano tendrá impotencia.
Un fumador es un condenado a sentir un único placer, fumar. Un placer que ni siquiera es perfecto, natural, ni mucho menos autentico. Si nos basamos en el ejemplo anterior, nadie duerme mejor tomando una pastilla para dormir que aquel que lo hace por los mecanismos naturales del sueño.
Y por ese único placer, se hace daño, se denigra y se esclaviza a una droga sin la cual pierde su capacidad de funcionar y su capacidad de sentirse bien. Un fumador es una persona que tiene sus funciones de bienestar mutiladas por la acción del tabaco y que paradojalmente ingiere tabaco para sentirse bien
Las personas que abandonan la adicción al tabaco, aparte de la ansiedad por fumar, los primeros días de abstinencia, suelen sentirse deprimidas, vacías, como si algo les faltara para sentirse bien. Esto es así, porque el cigarrillo les proporcionaba el escaso bienestar que sentían, ya que sus funciones cerebrales del bienestar, fueron drásticamente mutiladas por la droga.
Todo esto lleva a un razonamiento lógico;
“ Fumar no conlleva beneficio alguno, si no todo lo contrario”
¿Entonces porque se fuma?..
Única y exclusivamente por las razones expuestas anteriormente.
Principalmente para calmar la necesidad producida por la nicotina y para lograr sentirse medianamente normales.
En un fumador adicto a la nicotina, no existe un estado de placer cuando fuma, solo obtiene un estado de bienestar mediocre, que es un poco mejor al estado que tiene cuando es privado de fumar. Pero un fumador no reconoce este estado como tal, si no, como un estado de placer total Ello porque ya perdió su capacidad natural de sentirse bien sin fumar y ya "olvidó" como es el estado de bienestar normal.
Por lo mismo, en un fumador adicto a la nicotina, no existe ningún estado especial cuando fuma, ni placer, ni relajación, ni mayor concentración. Solo está calmando una necesidad, como el hambre o la sed. Todo lo que se diga sobre la relajación, la concentración, el sentirse maravilloso o el sabor “rico” de un cigarrillo es algo que solo cree el fumador en su mente, sencillamente porque no se ha percatado de la denigrante situación a que lo ha llevado el cigarrillo.
Los fumadores insisten en que no pueden relajarse ni concentrarse si no fuman.
Sucede simplemente que nadie puede sentirse bien, estar tranquilo, ni relajado ni concentrarse en algo si tiene una necesidad fisiológica como tener hambre, sed o sueño. Y eso es simple de comprobar, si se intenta hacer algo teniendo sed, y tomando una cucharadita de agua cada 20 minutos para calmarla.
Al momento de apagar un cigarrillo el nivel de nicotina comienza a descender en la sangre y el fumador empieza a sentir el mono. Llega un momento en la vida de un fumador en que el organismo llega a un nivel tal de tolerancia que se siente la necesidad de fumar, aun mientras se esta fumando.
En estas condiciones, es muy difícil realizar con tranquilidad y en forma normal, cualquier actividad ya sea reposar una comida, descansar, cambiar una bombilla, mirar una película, etc.
Fumar es una necesidad creada por la nicotina que impide al fumador, al igual que las necesidades básicas y fisiológicas como el hambre la sed o el sueño, realizar cualquier tipo de actividad ya sea de trabajo, descanso, recreación, o actividades diarias normales.
Entonces el fumador enciende un cigarrillo, la nicotina llega al cerebro, se calma esa necesidad y vuelve el bienestar y la sensación de relax y plenitud. Igual que cuando alguien tiene sed y bebe, o tiene hambre y come o tiene sueño y duerme.
No se ha ocurrido nada especial, el fumador no se ha transformado en un ser con poderes sobre humanos, solo se a calmado una necesidad. Eso es todo.
Pero claro, el fumador no razona jamás sobre esto. El cuando no fuma, cree que se encuentra en un estado normal del común de la gente, y cuando fuma cree que se siente mejor, superior, elevado sobre el resto de los mortales que no tienen ese placer.
En realidad ni siquiera alcanza el estado normal de una persona que no fuma, pero eso el obviamente no lo sabe. Entonces llega a la extraordinaria y paradójica conclusión de que el cigarrillo le ayuda.
Esta absurda conclusión de graba en la mente del fumador y crea lo que se denomina el habito mental de fumar o adicción sicológica
Luego ocurrirá que cuando la persona deja de fumar, cada vez que se vea bajo alguna presión sicológica o algún problema, recordara que el cigarrillo “le ayudaba” y tendrá deseos de fumarse un cigarrillo. El resultado de todo esto, es que además de la adicción física a la droga, el fumador a agregado también, “su intelecto” al servicio del cigarrillo. Es decir se ha vuelto prisionero en cuerpo y mente del tabaco.
Esta cita del Dr. Salvador E. lo resume todo;
“Para los fumadores el cigarrillo parece servir para todo
La explicación es sencilla y sorprendente, parece servir para todo por que, en realidad, no sirve para nada.”
Ventajas de fumar, no existe ninguna. Lo único que existe, en el mal llamado “habito de fumar”, es un serie de absurdos e ilógicos fundamentos, creados por la mente del fumador, para sustentar su adicción.
Si alguna vez hubo algún placer de fumar, se perdió en los primeros meses de adicción.
Lo único verdadero que queda, es que se fuma para calmar la ansiedad producida por un veneno…….con ese mismo veneno.
Muchos fumadores desconocen estas cosas, en realidad muchos fumadores ni siquiera saben una mísera parte de todo lo que implica fumar.
Sin embargo otros muchos si lo saben y aun sabiendo que pueden librarse de una adicción absurda y nociva en unos cuantos días de abstinencia, siguen fumando igual.
Las razones podrían ser fundamentalmente tres;
1- Me da lo mismo que me haga daño y que sea una estupidez fumar.
2- Estoy pensando en dejarlo pero no se cuando.
3- No puedo dejarlo, lo he intentado pero es mas fuerte que yo.
Dejando fuera al que quiere morir fumando, y al indeciso que probablemente intentara dejar de fumar cuando ya sea demasiado tarde, consideremos a la persona que quiere dejar de fumar y lo intenta.
¿Qué síntomas se tienen cuando una persona deja de fumar?...
Básicamente existen tres sintomatologías cuando se deja de fumar.
Los síntomas físicos; (Trastornos físicos, ocasionados por la ausencia de tóxicos y nicotina en el organismo)
La ausencia de nicotina en el organismo y su actividad en el cerebro y sistema nervioso, pueden ocasionar los síntomas de; irritabilidad, insomnio o somnolencia, incomodidad o estados depresivos, vació, sensación de sentirse extraño, angustia, confusión mental.
Por otro lado, al dejar de fumar, el organismo comienza una labor de limpieza de los venenos y tóxicos de los órganos, fundamentalmente digestivos y respiratorios, así como una labor de recuperación de los daños ocasionados por la brutal practica de fumar. Esto puede ocasionar, tos y algunos trastornos gástricos y físicos leves. También debido al mayor ingreso de oxigeno es probable que se sientan algunos mareos, cefalalgias y algunos otros síntomas diversos.
Los síntomas físicos son leves y muchas personas solo sienten algunos o estos son tan leves que no se dan cuenta de ninguno de ellos. Duran pocos días y no representan para el fumador ninguna dificultad. La mayoría de los ex fumadores los toman con alegría pues sienten que su organismo se esta limpiando de todas las substancias nocivas del cigarrillo y además esta reparando los daños que le ocasiono la brutal practica de fumar. Y por otro lado, el volver a los estados naturales de relajación y bienestar, es en parte como volver a recuperar lo perdido, como volver a vivir de verdad y representa un reto agradable para la mayoría de los ex fumadores.
Los síntomas de la adicción; (Sintomatología física y mental ocasionada por la abstinencia de nicotina)
Ansiedad por fumar, mas comúnmente llamado “Mono”
Sin duda es el mayor obstáculo que debe vencer quien desea dejar de fumar. Los síntomas de la adicción son los responsables del 100% de los fracasos al dejar de fumar. Es decir, los fumadores fuman por la adicción a la nicotina, y recaen por su causa. No existe ningún otro factor que impida a una persona dejar de fumar.
Todos los fármacos y sistemas alternativos de ayuda medica (chicles de nicotina, parches, medicamentos, etc.) están destinados a amortiguar esta sensación.
Esta adicción puede ser mas o menos fuerte según la cantidad de nicotina a que esta habituado a ingerir diariamente cada fumador y el tiempo que lleva fumando..
No influye aquí el factor de cuantos cigarrillos se fuma una persona diariamente.
Esta comprobado que las personas que fuman cigarrillos de bajo contenido de nicotina o que fuman pocos cigarrillos al día, inhalan mas profundamente, en mayor cantidad y mas acabadamente los cigarrillos, que las personas que fuman mucho. Una persona que solo se fume cinco cigarrillos al día puede estar ingiriendo la misma cantidad de nicotina que uno que se fuma veinte.
La nicotina es considerada una droga de fuerte dependencia, tanto o mas que la cocaína o la heroína, por lo que su ausencia en el organismo genera una gran ansiedad por fumar.
Se manifiesta como una deseo intenso por fumar con algunas sensaciones físicas y orgánicas que pueden desesperar al ex fumador. Al mismo tiempo, existe una predisposición a pensar en el cigarrillo constantemente.
Esta dependencia se manifiesta con ataques de duración e intensidad variables, por lo común de segundos hasta unos dos minutos, que pueden ser mas fuertes a ciertas horas del día. Se presentan muy frecuentemente los tres primeros días de abstinencia, con intervalos que pueden ser de 10 a 30 o mas minutos
A partir del cuarto o quinto día, los ataques de ansiedad por fumar se hacen mas espaciados pudiendo mantener su duración e intensidad o ser mas leves y de menor duración disminuyendo en los días siguientes.
Por fortuna la nicotina si bien es una droga de adicción muy rápida y de alta dependencia, es también una droga cuyos síntomas de adicción no son muy perdurables en el tiempo y al cabo de un par de semanas, se elimina por completo, aun cuando las personas adictas, conservaran por muchos años o de por vida el “recuerdo” latente de la adicción en su registro orgánico.
Esto podría compararse al registro que dejan algunas enfermedades infecciosas en el organismo. Vencida la enfermedad, el cuerpo conserva un registro de ella para enfrentarla a futuro con mayor eficacia y capacidad de reacción. Esto es lo que se denomina inmunidad.
Lo mismo ocurre con la adicción a la nicotina. Esta es eliminada del organismo pero queda un registro latente de ella. Esto explica porque personas que han dejado de fumar, pueden recaer en el vicio muchos años después, con solo fumarse un cigarrillo.
Los síntomas sicológicos, (Sintomatología consciente y subconsciente asociada al habito de fumar)
El fumador desarrolla a lo largo de su vida, todo un habito mental consciente de fumar para todo. Los fumadores fuman para todo, para comer, para beber, para disfrutar de una película, para ir de paseo, para presenciar un evento deportivo, juegos, descanso, etc. Simplemente porque la ansiedad no los deja tranquilos y tienen que fumar para sentirse relajados y cómodos.
Esto genera con el tiempo una fuerte lazo entre el habito de fumar y la mente del fumador. Haciendo que el cigarrillo sea visto por este, como un amigo, un aliado, un compañero de vida, y como un acto casi imprescindible para vivir.
Otro tipo de adicción sicológica, es la subconsciente. El fumador esta sometido al bombardeo constante de la publicidad que hacen las empresas tabacaleras relacionando el tabaco con deportes, acción, riesgo, aventura, fortuna, moda, etc. y para colmo hasta en el cine, televisión y medios escritos, aparecen múltiples escenas de personas que fuman en determinadas circunstancias. Todo lo cual queda grabado en el subconsciente del fumador, lo quiera o no, e inconscientemente relacionara dichas situaciones con fumar.
La adicción sicológica, es la dependencia mental al cigarrillo y es la que dispara el deseo de fumar en determinadas situaciones del la vida cotidiana. Cada cosa o situación, el fumador inconscientemente la relaciona con fumar, y cree que fumar le ayudara.
Cuando la persona deja de fumar, se vera enfrentado diariamente a situaciones en las cuales normalmente fumaba. Al sentirse vació, desgraciado en un mundo extraño para el, sentirá inconscientemente o conscientemente el deseo de fumar. Si esto lo unimos a la adicción física , se tendrán dos frentes de ataque bastantes fuertes. Por un lado la propia adicción física que se presentara constantemente como síntoma de abstinencia y por otro lado el factor psicológico que disparara constantemente dicha ansiedad ante cualquier circunstancia subconsciente o consciente de los hábitos cotidianos del fumador.
La adicción sicológica, según el tipo de persona y el grado de complemento que halla desarrollado en su vida de fumador con la practica de fumar, puede también ser mucho mas duradera en el tiempo, pudiendo permanecer por años en la mente de un ex fumador. Y ocurre que ante algún acontecimiento posterior subconsciente, puede “recrear” la adicción física, aun cuando de esta ya no queden rastros físicos en el organismo y la persona puede sentir los mismos síntomas de abstinencia de los primeros días de que dejó de fumar.
Sin duda la adicción sicológica puede ser tanto o mas responsable que la adicción física en los fracasos por dejar de fumar y es también la responsable directa de las recaídas mucho tiempo después de haber abandonado el tabaco.
Y si esta no es destruida, ocurrirá muy probablemente que ante alguna situación eventual futura, mas o menos fuerte para el fumador, como tener alguna presión sicológica severa, alguna desgracia, o el simple hecho de encontrarse con alguna amistad con la cual fumaban en tertulias, la persona sentirá ganas de fumar creyendo que el cigarrillo le ayudará a sobrellevar o a hacer mas placentera esa situación.
Como dejar de fumar;
Para dejar de fumar, se necesita de un solo requisito fundamental.
“Querer dejar de fumar”.
Esto suena como algo demasiado obvio. Nadie va a dejar de fumar, si no quiere dejar de fumar.
Sin embargo no es algo tan simple como se lee.
El único modo cierto para dejar de fumar, es ser capaz de superar el periodo de abstinencia de la adicción física. Y para ello se requiere de una sólida decisión mental capaz de soportar dicho periodo y capaz también, de destruir la adicción sicológica al cigarrillo.
Existe una relación “mente cuerpo” que en el caso de la abstinencia, cobra vital importancia. Es común que el fumador que no esta del todo convencido de su decisión, se seduzca a si mismo para volver a fumar cuando tiene un ataque de ansiedad. Se autoinventa mil y una excusas o las busca creando situaciones conflictivas o adecuadas para abandonar el intento y volver a fumar. Hasta que su débil fortaleza mental finalmente cede y vuelve a fumar desesperadamente sintiéndose mas débil y desgraciado que antes.
Sin una decisión y convencimiento mental absoluto, sólido y tenaz, será bastante tormentoso el camino para abandonar definitivamente la adicción al tabaco y muy probablemente no se tenga éxito en ello, así se usen todos los métodos y ayudas posibles para lograrlo.
La adicción física por la nicotina no dura mas de dos o tres semanas y los síntomas de abstinencia solo son fuertes los tres o cuatro primeros días.
Ocasionalmente y esporádicamente, se pueden sentir algunas ganas de fumar leves o de corta duración, después del período físico
Sin embargo las personas que deja de fumar sin un convencimiento mental absoluto, pueden sentir la ansiedad física en forma frecuente, por meses, incluso años.
¿Y como se logra esa actitud mental?
Simplemente “Queriendo dejar de fumar.”
Un fumador no podrá dejar de fumar con facilidad si lo hace solo porque se le pide su pareja, su familia, su entorno, o porque se lo dijo su medico, o porque tiene miedo de morirse de alguna enfermedad provocada por el tabaco.
Si es así, el fumador abandonara la adicción con muchísima dificultad y muy probablemente volverá a reincidir semanas, meses o años mas tarde.
Esto porque en el fondo de si mismo sabe que le gustaba fumar, que se sentía bien haciéndolo y que no quería dejar de fumar, pero que tiene que hacerlo obligado por las circunstancias. En otras palabras esta dejando de fumar, sin querer dejar de fumar realmente, por mucho que intente auto convencerse de lo contrario.
La persona que fuma, debe comenzar por cuestionarse su adicción, seria y profundamente. Razonar, darse cuenta y tomar conciencia del porqué fuma. Entender que es un enfermo adicto a una droga inútil y absurda que lo esta matando lentamente y mas encima esta pagando por ello.
Pocas personas, si no nadie, terminan por comprender algo tan evidente.
Algo que ha estado frente a sus ojos todo el tiempo y no lo veían. Simplemente porque nunca se lo cuestionaron, jamás razonaron sobre ello.
Todos los fumadores, son adictos mecanizados del cigarrillo. Ninguno de ellos tiene conciencia cierta de cuantos cigarros se fuman, en que momento y porque.
Menos aun saben en realidad porque fuman.
Recuerdo una cita del Dr. Salvador, que decía;
" Me preguntaba a veces porque fumaba, y una vocecita proveniente sin duda de una parte no contaminada de mi cerebro me decía... ¡¡ Porque eres un imbécil !! "
Un fumador no debe saber que el cigarrillo hace daño y que es una adicción absurda y negativa en todos los aspectos. Debe comprenderlo, asimilarlo entenderlo, y eso va mucho mas allá de solo “saber” que es algo nocivo
Muchos fumadores saben que el cigarrillo hace daño, pero siguen fumando igual.
Para lograr una decisión absoluta, firme y sólida, es necesario mentalizarse, cambiar el registro del subconsciente que nos incita a fumar..
Todos los fumadores tienen condicionado su subconsciente para fumar. Y el subconsciente es nuestro patrón de conductas.
Para ello hay que razonar, leer experiencias de otros, informarse sobre los daños que ocasiona el tabaco y asumirlos.
Una buena practica es visitar, grupos de apoyo o comunidades de personas que quieren dejar de fumar o ya lo han conseguido. Ya sea en forma personal o foros y comunidades de la red, chat mail, etc.
El conocimiento, las vivencias, los consejos, mas el apoyo y la compañía de personas en similar situación y con las mismas alegrías y problemas por abandonar el tabaco, representa sin duda un ayuda muy valiosa para la persona que quiere abandonar el cigarrillo o que quiere mantenerse en su propósito.
Suele ser mas fácil abandonar la adicción si se tiene el apoyo moral y sicológico de otras personas en situación similar. En nuestro entorno , no es frecuente tener personas que estén en la misma situación y hablarle a alguien que no ha fumado nunca de nuestros problemas con el cigarrillo, es como hablarle del desierto a un esquimal.
Teniendo la conciencia plena de la adicción, el fumador logra un paso importantísimo para abandonar el tabaco, pues no solo tiene la mejor arma para superar los días de abstinencia con una decisión firme y sólida, si no que también este razonamiento destruye la adicción sicológica alojada en su subconsciente.
Sin un fumador “Quiere realmente dejar de fumar”, su subconsciente estará programado para hacerlo, entonces no habrá nada que pueda impedirlo y mejor aun, descubrirá que dejar de fumar es mas fácil de lo que el pensaba.
Hay muchas personas que han fumado por mas de 35 años, dos o mas paquetes diarios, y dejaron de fumar con una facilidad asombrosa prácticamente sin sentir ninguna molestia por la ansiedad. Ello, porque tenían una decisión a toda prueba y un subconsciente programado para vencer.
El único inconveniente, será el remordimiento posterior de todo el dinero gastado en cigarrillos y el porque no había abandonado esa absurda adicción hace mucho tiempo atrás.
Los intentos fallidos.
Pocas personas dejan de fumar la primera vez que lo intentan. La mayoría lo hace luego de unos cuantos intentos fallidos.
Los intentos fallidos por dejar de fumar, lejos de debilitar al fumador que quiere dejar de fumar definitivamente, lo hacen mas fuerte y mas preparado para dejar de fumar.
Por lo común se habla de siete intentos antes de dejar de fumar definitivamente.
Con los intentos fallidos se tendrá un mejor conocimiento de los síntomas de abstinencia y de que hacer para superarlas, como por ejemplo; tomar agua, mascar algo, hacer deporte, dormir, bañarse, gritar, lo que sea para superar la ansiedad, porque la ansiedad no tendrá misericordia ni escatimara recursos, hará lo imposible para que volvamos a fumar.
Por otro lado los intentos fallidos le dan “experiencia” al fumador ya sabe a lo que se enfrenta, sabrá cómo y cuando atacan las ganas de fumar, que es lo que mejor le resulta para superarlas y con ello, se podrán enfrentar mejor cuando se abandone definitivamente la adicción. Al mismo tiempo se habituara al organismo las ausencias de nicotina.
Nuestro organismo es una cosa de hábitos, y las reiteradas abstinencias de la droga por los intentos de dejar de fumar, lo pondrán en alerta y lo prepararan mejor para cuando sea liberado por fin de esa asquerosa dependencia.
Muchos fumadores se han dado cuenta que el primer intento por dejar de fumar es generalmente una experiencia horrible y que los posteriores intentos se hacen mucho mas fácil, porque el organismo se habitúa rápidamente a la ausencia de tanta sustancia toxica y sabe que funciona mejor sin ellas. Esto es un descubrimiento increíble ¿Verdad?
Definitivamente el organismo no quiere fumar, la adicción es algo netamente cerebral. Es el cerebro el que crea la adicción a la nicotina y abandona las funciones naturales que esta produce artificialmente y es el cerebro el que segrega la sustancia que produce el mono.
El organismo por una cuestión de protección natural, rechaza los venenos, intenta expulsarlos y hacerse inmune a ellos. Por esta razón la mayoría de las personas que dejan de fumar, desarrollan una cierta aversión al olor a tabaco.
Cuando una persona abandona la adicción al cigarrillo, al cabo de unos días el organismo y específicamente el cerebro volverán a funcionar normalmente y ya no necesitaran de la nicotina para ello. Todo es cuestión de cambio y de habituarse al nuevo modo de funcionar, que es por lo demás, el modo normal de funcionar. Nuestro cuerpo es sin duda una maquina maravillosa, viva, capaz de regenerarse y recuperar sus funciones naturales.
Cuando se deja de fumar, hay que aprender a vivir sin fumar. Es un reacondicionamiento lógico y natural de vuelta a los inicios. Dejar de fumar es volver a vivir normalmente y el organismo y la mente tardan un tiempo en retomar sus funciones normales que fueron abandonadas, cuando el fumador se convirtió en adicto.
Cuando un fumador pasa el periodo de retirada de la nicotina, vuelve a recuperar su salud, su dignidad, su autoestima como persona y su calidad de vida.
Se recupera la energía perdida, el sentido del gusto y el olfato.
Se recupera la serenidad, la claridad mental, la capacidad de concentración y sentirá un bienestar y un agrado que jamás había tenido antes.
Descubrirá con asombro que existe estos estados sin fumar y que son infinitamente mejores a los que el creía lograr con el cigarrillo.
Se recupera la capacidad pulmonar, se tiene el oxigeno adecuado en la sangre y el corazón funciona a su ritmo normal, la presión sanguínea baja y todas las funciones del organismo mutiladas por el cigarrillo vuelen a normalizarse.
Dejar de fumar, es la mejor decisión que puede tomar un ser humano
Cuando se deja de fumar, hay un periodo de incomodidad inicial, es el pequeño precio que hay que pagar por nuestra estupidez mental
Es un corto tiempo de cambio, que hay que pasar, es un camino que hay que recorrer, pero que tiene………. un destino maravilloso.