Tema más cotidiano y tan difícil de superar: Los malos hábitos. Ahora que ya no está mamá detrás de nosotros diciéndonos que nos dejemos de tener esos malos hábitos y ahora, depende de nosotros el superarlos, pero como es difícil ¿No crees?
Supera los hábitos que te limitan. Todos tenemos alguna actitud que quisiéramos cambiar; la buena noticia es ¡que sí se puede!
La impuntualidad o decir pequeñas mentiras sin razón, son sólo dos de los numerosos “malos hábitos” o pautas de vida inconscientes, que pueden resultar destructivas para nuestro bienestar y felicidad.
Pero hay una ¡buena noticia!: con un poco de atención y algo de dedicación las costumbres negativas pueden cambiar de signo, es decir transformarse en positivas.
Este trabajo de cambio psicológico, consigue que la persona tenga más confianza en sí misma, que se sienta plena, contenta y con más valor para enfrentarse a la vida.
Lo afirma la psicóloga británica Vera Peiffer, una reconocida terapeuta especialista en hipnosis y kinesioterapia, que ha desarrollado una serie de sencillas técnicas para superar los vicios que pasan inadvertidos pero que nos debilitan.
La autora del libro Supera los malos hábitos descubre numerosos consejos prácticos, afirmaciones, visualizaciones y casos reales para asumir el control de la vida, evitar las conductas negligentes con uno mismo —como el fumar— y válido para relajarse y combatir el estrés.
Aunque sus sugerencias son útiles para erradicar conductas tan arraigadas y resistentes al cambio como el tabaquismo, las compras compulsivas o los atracones de comida, su eficacia puede comprobarse en costumbres menos perjudiciales pero que también causan problemas y tienen un común denominador: la inconstancia.
Remedios para la impuntualidad
Los que tienen problemas para presentarse a sus citas a la hora acordada suelen creer que eso les pasa porque “pierden el tiempo”. En realidad, andan siempre agobiados por las urgencias, dándose prisa y cuando llegan, lo hacen extenuados. Llegar siempre tarde también puede ser una cuestión de actitudes (“¿qué me importa a mí?”, “¡que me esperen!”) o una falta de organización.
Para cambiar esta perniciosa costumbre:
…adelanta 10 minutos todos los relojes que tengas en casa.
…cuelga en un lugar bien visible un calendario de pared con casillas grandes, donde puedas apuntar todas tus citas.
…programa una alarma en tu teléfono móvil si tienes un encuentro especialmente importante.
…pega una nota en la puerta de tu habitación.
En busca de la verdad
El hábito de mentir o decir “mentirijillas” tiene numerosas causas: faltamos a la verdad para halagar a otros, para salvarnos de un castigo, para echar tierra a un problema, para conseguir un empleo.
Es cierto que muchas mentiras son algo así como el “lubricante social” que facilita el funcionamiento de las relaciones entre las personas, pero otras —como las que decimos a nuestras personas más cercanas— pueden ser problemáticas y tener consecuencias negativas.
Si quieres ser más veraz
…aprende a distinguir entre las mentiras necesarias y las que no lo son, entre las inocuas y las dañinas.
…plantéate un objetivo: elige un aspecto de tu vida que te permita con relativa facilidad prescindir de las mentiras, y practica asiduamente la sinceridad en ese terreno.
…si tienes algo bueno que decirle a alguien, sé honesto, también en sentido positivo, y díselo.